miércoles, 27 de julio de 2011

el espejo


La libertad para algunos
no es sinónimo de felicidad,
ni siquiera representa
un camino hacia la misma
y la felicidad NO SON MOMENTOS,
horrible que alguien haya intentado
conformar así a tanta gente
ocultando su disconfromidad
con semejante estupidéz.

La felicidad es un todo, así existe
y esa felicidad de verdad
no es más que la libertad
en el momento de encuentro y fascinación
con uno mismo.
Se lleva adentro
hasta que se despierta,
es imparable, como un cáncer
invencible, como la naturaleza humana
fundamental al hombre
como la rueda a la civilización.
Y es gratis, pero se paga.

Se entrega uno todo
a la experiencia del encuentro
con el ser que siempre fuimos
y en algún momento olvidamos.
Se paga con el distanciamiento
de la estupidez
y se vive con la humildad
de haber entendido.
Se lleva con uno esa nueva concienca
que viene devuelta en el espejo
e inevitablemente, se sonríe.

ser, y tiempo


A esta altura todos tenemos
un amor que nos hizo doler,
espinas de esa experiencia.
El recuerdo de un perro al que extrañamos.
La nostalgia del frío.
El vacío irremediable del otro lado de la cama.
Complejos, asperezas, dolores y miedo.
Gracia, ingenuidad, alegría y esperanza.
Una tía sola.
Una abuela muerta.
Un amigo triste.
Una voz de la experiencia.
Un recuerdo acumulado.
La retrospectiva de uno mismo.
Un camino recorrido.
Un pedestal desde el que miramos.
Un animal que nos representa.
Un cajón con pasado.
Un lugar para llorar,
otro para reír,
y otro para imaginar que allí nos espera la felicidad.
Donde hacemos tiempo...
sin pensar que el tiempo no ES ni se hace,
se es EN EL TIEMPO
mientras esperamos que pasen las cosas.
Que las cosas pasen en el tiempo
en este, que ahora, es el único lugar.