jueves, 2 de mayo de 2013

las manos, las piedras y la luna

Que querés que te diga.
Yo puedo ver la belleza en la piedras de la costa.
No me divierte que me pases a buscar en un auto todo nuevo.
Porque me siento muy encerrada y en las curvas si vas muy rápido me dan ganas de vomitar.
No de vomitar cualquier cosa, de vomitas flores.
Y así tal vez nos reímos un poco de esta situación tan rara.

Si me das un beso te pago un helado.
La heladería queda a pasos de casa.
Pasos en donde somos como siete y todo nos da risa.
Me acuerdo que cuando era chica íbamos, a la noche
y era nuestro mejor paseo.
Nos sentábamos en un escalón, en las noches de verano y pensábamos.
Hablábamos de cosas que nos parecían importantes
como: a qué jugar.

En el sur hay una luna gigante que te cuida.
Si sos chico, no te das cuenta de cuánta es la belleza
y de la suerte de estar debajo de esa luz.

Si me das un beso te llevo a pasear en bicicleta,
hay un camino que lleva a ver el sol cuando se va a dormir.

Es mentira que las personas crecen,
lo que pasa es que se asustan
y empiezan a hacer las cosas que hacen todos.
 
Si me das la mano te enseño a mirar las piedras,
a caminar la noche
y dejar que te cuide la luna.