lunes, 30 de agosto de 2010

la orilla está sucia

Mi sabiduría
fue deprendiéndose de mí
e impactó precipitadamente en vos.
Al irse, te rompió
por el dolor que tuviste que transitar
y con motivo de olvidar
suponemos que creciste.
Veamos por qué no:
Es difícil cuando uno ama algo
tratar de odiarlo porque eso que está vivo y lejos
no lo ama a uno.
Esa sensación, si bien es amor,
se parece más a un conjunto organizado
de púas
que crecen en en el interior del esófago
y los pulmones de uno
y cuyo destino se parece poco a florecer.
Entonces por amor,donde hay mucho de admiración,
tomamos lo que amamos del otro ser
y lo hacemos parte de nuestro espíritu,
de nuestra manera de recorrer las cosas en el tiempo.
Más tarde, es seguro que vamos a usar esa sabiduría
que obligatoriamente destilamos con dolor,
para aplicarla en otro cuerpo vulnerable.
Esta es nuestra pequeña venganza
disfrazada de esperanza
en medio de la cual por supuesto no crecemos.
Saben por qué?
Porque este es el ciclo de la paranoia más clásica,
buena para fortalecer
la cadena de almas en pena
que sienten que su corazón explotó y está roto
y están trsites y decepcionados.
La sabiduría se estancó
y prevalecio la angustia por la alegría.
Deberíamos entender hacia dónde vamos
y saber crear nuestror propios dioses
sin buscarlos entre los seres humanos.

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