miércoles, 27 de julio de 2011

el espejo


La libertad para algunos
no es sinónimo de felicidad,
ni siquiera representa
un camino hacia la misma
y la felicidad NO SON MOMENTOS,
horrible que alguien haya intentado
conformar así a tanta gente
ocultando su disconfromidad
con semejante estupidéz.

La felicidad es un todo, así existe
y esa felicidad de verdad
no es más que la libertad
en el momento de encuentro y fascinación
con uno mismo.
Se lleva adentro
hasta que se despierta,
es imparable, como un cáncer
invencible, como la naturaleza humana
fundamental al hombre
como la rueda a la civilización.
Y es gratis, pero se paga.

Se entrega uno todo
a la experiencia del encuentro
con el ser que siempre fuimos
y en algún momento olvidamos.
Se paga con el distanciamiento
de la estupidez
y se vive con la humildad
de haber entendido.
Se lleva con uno esa nueva concienca
que viene devuelta en el espejo
e inevitablemente, se sonríe.

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